Cómo cocinar una rana: una lección valiosa para nuestras finanzas
Personalmente, no tendría corazón para probarlo, pero el método de cocinar una rana nos enseña una gran lección sobre cómo muchas veces caemos en problemas financieros sin siquiera darnos cuenta.
Imagínate si alguien tirara una rana dentro de una olla con agua caliente. El dolor y la reacción innata de la rana harían que saltara rápidamente y huyera lo más pronto posible. Sin embargo, si ponemos a la rana en una olla con agua a temperatura ambiente y luego la ponemos al fuego, ésta empezará a calentarse poco a poco y la rana, al ser un anfibio de sangre fría, no se dará cuenta de que está siendo cocinada. Caerá en letargo y, pronto, la servirán en un plato.
¿Pero qué tiene que ver todo esto con nuestras finanzas? Pues bien, al igual que la rana, muchas veces caemos en un estado de adormecimiento y, gradualmente, caemos en problemas financieros. Por ejemplo, imagina que estás en un casino y te invitan a apostar tus diez mil dólares en el juego de la ruleta. Si es tu primera vez, seguro en tu cabeza se activará una luz roja indicando peligro. Sin embargo, hay miles de personas endeudadas en los casinos por más de diez mil dólares. ¿Cómo es esto posible?
La gran mayoría empieza con cantidades pequeñas: diez, veinte o cincuenta dólares. Y al ganar algo, quieren seguir ganando más y terminan apostando más y más dinero hasta que pierden todo. Es como si se estuvieran cocinando poco a poco y, cuando despiertan del letargo, es demasiado tarde. Lo han perdido todo.
El mecanismo funciona igual con las deudas. Si alguien te ofreciera un préstamo de 30 mil dólares para que, después de un año, le pagues 40 o 50 mil, es poco probable que lo aceptes. Intuirás que el trato no es bueno o que simplemente tus ingresos no te dan para pagarlo. Entonces, ¿cómo es posible que haya cientos de miles de personas endeudadas, muchos con más de 30 mil dólares en deudas y sin ingresos suficientes para pagarlo?
La mayoría empieza con un pequeño préstamo en su tarjeta de crédito, pagando algo en cuotas. Después, toman otro préstamo para comprar un celular, un carro, una casa, y cuando vienen a reflexionar, ya se han llenado de deudas que difícilmente pueden pagar a tiempo. Es lo que también pasa con todos los tipos de adicciones: alcohol, cigarrillos, droga. Se puede empezar por pura curiosidad con poco y, sin darte cuenta, te sumerges en un vicio difícil de dejar.
Pero la buena noticia es que podemos utilizar el mismo principio a nuestro favor para desarrollar buenos hábitos financieros. Si queremos construir una casa, comprar un carro o pagar nuestra carrera universitaria o la de nuestros hijos, deberíamos ahorrar el 30% de lo que ganamos, pero pocos le hacemos caso. Nos parece imposible.
Sin embargo, si hablamos de ahorrar el 5% de lo que ganamos, puede ser que tengamos que recortar algunos gastos, pero esto es alcanzable para la mayoría, y muchos que empiezan con el 5% después de unos meses pueden llegar a ahorrar el 10%. Si aumentan sus ingresos, luego logran ahorrar el 15%, el 20% y más. Es posible porque han desarrollado el hábito de ahorrar. Lo importante es iniciar con algo y tener claro por qué lo hacemos. Antes de comenzar, hay que pensarlo bien y actuar de manera inteligente. Date cuenta de lo que haces antes de que sea demasiado tarde.