Cuando pensamos en una persona disciplinada, generalmente imaginamos a alguien con una tremenda fuerza de voluntad que es capaz de superar todas las distracciones para cumplir sus metas. Sin embargo, ¿y si te dijera que las personas disciplinadas no confían tanto en su disciplina y fuerza de voluntad como en crear un entorno que les dificulte no ser disciplinados?

Por ejemplo, si el problema es pasar demasiado tiempo en el celular, una persona disciplinada sabe que las aplicaciones están diseñadas para atraparnos. En lugar de luchar contra esta naturaleza humana y contra todo el mundo, simplemente desactiva todas las notificaciones o elimina las apps que más tiempo consumen. Es posible cerrar la sesión de redes sociales cada vez que termines de usarlas, ya que escribir la contraseña toma algo de esfuerzo y se reduce así la tentación de revisar notificaciones.

Si alguien quiere ser disciplinado para ahorrar, no se promete simplemente gastar menos y depositar el dinero ahorrado en una cuenta al final del mes. En su lugar, se puede establecer una transferencia automática el día de pago que mande una parte del sueldo a otra cuenta que no esté conectada a ninguna tarjeta. Esto hace que para sacar dinero, uno necesite visitar el banco en persona, lo que implica un mayor esfuerzo y es menos probable que se gaste el dinero ahorrado.

Si una persona quiere ser disciplinada para bajar de peso, no se deben comprar golosinas en absoluto, sino reemplazarlas por frutas. Si el problema es hacer ejercicio, se puede construir una bicicleta que sólo encienda el televisor si alguien pedalea, o simplemente dejar las pesas y la colchoneta al frente de la pantalla para dar un empujón para hacer ejercicio.

Al salir de compras, si el problema radica en gastar de más, se puede establecer un límite diario en la tarjeta de débito o llevar solamente unos pocos billetes en la cartera. Si se quiere comprar algo no planeado, se necesitará regresar a casa o al banco para hacer el cambio, lo que puede desanimar de hacer la compra.

La pereza puede ser una herramienta útil para ser más disciplinado. El objetivo es crear un entorno que dificulte no ser disciplinado y aprovechar la pereza para hacerlo. Al utilizar estas tácticas, se puede lograr mayor disciplina con menos esfuerzo. ¡Y eso es algo a lo que todos podemos aspirar!