1. El valor real de las cosas
El sueldo que ganaba José por trabajar en una línea de producción no le alcanzaba para todo, por lo que para ahorrar dinero compraba todo lo más barato que podía encontrar, incluyendo zapatos de baja calidad que eran prácticamente inservibles después de un año de uso. Todo cambió cuando se dio cuenta de que su jefe, un hombre rico, venía a la empresa con los mismos zapatos de cuero por tercer año consecutivo. José verificó los precios cuando visitó la zapatería y descubrió que los zapatos de su jefe costaban $70 dólares, mientras que los suyos costaban solo $25 dólares. A pesar de que los zapatos de su jefe eran más caros, había estado usando los mismos por tres años, lo que significaba que eran de mejor calidad y le habían salido más baratos que los suyos. Esta lección enseña que más barato no siempre es mejor.
2. El valor del tiempo y la productividad
José aprendió otra lección valiosa cuando fue invitado a la casa de su jefe para una cena con sus compañeros de trabajo. Se dio cuenta de que había pocos artículos en la casa en comparación con las casas de sus amigos y familiares. Cuando le preguntó a su jefe al respecto, éste le explicó que en su casa no había artículos que no se usaran. La familia del jefe no tomaba café, por lo que no tenían una máquina de café, y no veía televisión, por lo que no tenían una televisión. Cada objeto tenía un lugar y una función práctica en la casa. Esta lección enseña que es mejor tener menos cosas, pero que agreguen valor real a nuestras vidas.
3. Aprovechar el tiempo
Un día, mientras esperaba el autobús con un compañero de trabajo llamado Mario, éste aprovechó para hacer algunas compras en línea y comprar algunas resmas de papel para la impresora. A pesar de que José también compraba en línea, a menudo se tomaba el tiempo para comparar precios en varias tiendas para ahorrar dinero. Sin embargo, Mario le explicó que tenía algunos sitios web probados donde siempre compraba y aunque pudiera encontrar un mejor precio en otra tienda, prefería ahorrar tiempo, pues en el tiempo libre que tenía prefería leer sobre liderazgo y mejorar su inglés. Dos años después, hubo una vacante en la empresa para el puesto de relaciones exteriores, y adivina a quién eligieron: a Mario, el único de un grupo de 15 hombres que sabía comunicarse en inglés. Esta lección enseña que a veces conviene más ahorrar tiempo que dinero, siempre y cuando ese tiempo se pueda utilizar para algo productivo.
En conclusión, el ejemplo de José nos enseña a cuestionar nuestros hábitos y estar abiertos a cambios. Las tres lecciones que aprendió José son: el valor real de las cosas, el valor del tiempo y la productividad y la importancia de aprovechar el tiempo para algo productivo. Estas lecciones pueden aplicarse en diferentes aspectos de la vida, desde la compra de zapatos hasta cómo utilizamos nuestro tiempo libre. ¿Cuál de estas lecciones te parece más valiosa para ti? Déjanos saber en los comentarios.